martes, 16 de septiembre de 2008

It's the Sunshine State


Beijing me regaló el cielo de Florida.

Fue la palidez venenosa de un sol turbio Beijingnes el que me enseñó a amar este azúl. Porque en tres meses de verano, sólo durante dos días se destapó la contaminación, y por eso cultivé una leve obsesión con el sol y los cielos azules.

Ya no soporto no tener la piel a termino medio-tres-cuartos. Gracias a Beijing hoy no corro a la sombra apenas sale el sol. Ahora lo dejo que me recorra y se pose sobre mí, que pause sobre todo escondrijo que no este cubierto por ropa.

Ya no me tapo la cara, no maldigo el calor, la humedad, el bochorno. Fue Beijing el que me regaló el sol de la Florida. Un sol que nunca deja de brillar, arde y calienta y no perdona. Hoy busco el sol con la mirada por más de que me deje casi ciega e insolada. Hoy noto como no lo hacía antes las nubes vivas, volubles --líquidas y sólidas, que transmutan y no descansan y hacen parte eterna del paisaje.

Esa neblina china que cubre todo, esa que bloquea mi ventana y se saborea en la mañana, cuando los camiones de construcción terminan de abastecer al monstruo y dejan la ciudad otra vez, esa neblina me enseñó que no hay nada mejor que respirar y mirar arriba. Esa misma neblina que hay que morder para hacerla ceder me dice que sentir el azúl de este cielo es sentir un azúl de mar, porque lo es, porque toda el agua del Atlántico pasa por ahí de alguna u otra manera, en alguno u otro momento, porque lo ves y el mundo es amplio y las nubes siempre están y siempre cambian.

Beijing no sabe lo que es un cielo de verdad. Y qué importa; hay tanto ahí abajo en el suelo entre el mugre y los mortales que no es necesario mirar arriba. No hay oportunidad de distraerse. Nunca lo extrañé. Quién sabe si cuando vuelva lo haga.

Pero ahora a este cielo lo quiero. Todos los días, varias veces al día, la mirada se relaja y se deja divagar. Sube y no sabe que le espera. Se encuentra siempre con algo nuevo, no el mismo lienzo blanco-grisaceo delineado por siluetas de edificios multicolores. Veo eso y se lo deseo a Beijing algun día. Ahora me pregunto cómo hice para no tenerlo en mi vida, en cada uno de mis días, durante 8 meses.

Un cielo azúl violeta. Sobre el horizonte, descansan nubes en hileras rojas, pasan por encima de residuos de espumitas doradas. Burbujas voluptuosas, impecables, blancas y redondas. Más a la izquierda, más alto y más lejos, pliegues de sábanas semitransparentes. Siempre los trazos largos y delgados de aviones que hace mucho pasaron. Es demasiado. Lo retengo por un segundo, pero es en vano, cada día pasa y con la noche se me escapa, una y otra vez, y todos los días yo me arrepiento de haberlo dejado ir. Pero vuelve a amanecer, y donde estaba esa nube ayer hoy hay algo en su lugar que jamás había visto antes y que jamás volveré a ver.

Cada día, todos los días se va ese azul, ese magenta, ese naranja furioso. Pero cuando llega la noche --por Dios, cuando llega la noche.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Las Murallas



La muralla se extiende miles de kilometros a través de toda China, rodea a Beijing por el norte y desemboca en el mar en Qinhuangdao.

Cerca a Beijing hay tres sitios turísticos principales: Badaling, Mutianyu y Simatai, de izquierda a derecha por el norte de la capital.

Badaling es la más turística de las tres. Lleno de gente todo el año, lleno de vendedores todo el día, lleno de basura visual y cuanta porquería puedieron inventarse.

Tiene un zoologico de osos. Los osos comparten un espacio bastante limitado con más osos, con montonsitos de comida putrefacta y con su propio excremento.

Esta muralla hasta viene con montaña rusa incluida. Y ni siquiera es rápida. Pero sí vomitiva.

Posted by Picasa

Acerca de mí

Mi foto
Gainesville, FL, United States
Juliana Jiménez was born in Santa Fe de Bogotá, Colombia. She lived there for 13 years before moving to the U.S., on the 10 am flight on June 20th, 2000. Now she is a Journalism (and Frustrated English) Major and Chinese Minor; a Junior, and anxious about it. She speaks Spanish 89% of her time, English 9% and Chinese 2%. Spanish at home, on the phone, in between classes, in writing, in love. English for Academia and renewing car insurance. Chinese only for text-messages with her Colombian-American-Chinese-Swiss older sister and with her Colombian-American-French-Chinese boyfriend. She lived in Beijing, China for a total of 11 months before she was back-stabbed by the Chinese government.

Seguidores